Empezando por el nombre, Pandial o Pandián, Alto Redondo y también señalado como Mura; un pico con tantos nombres solo podía sorprendernos. Y lo hizo, por la espectacularidad del valle de aproximación, la cascada medio escondida en su ladera, el día que nos acompañó y ayudó, lo cual, a estas alturas del año, es de agradecer. Y qué decir del broche de oro con esas dos tortillas, a modo de remate de un día que empezó con el bizcocho del desayuno… su solo recuerdo me aumenta la salivación. Javier, gracias.
Me han salido las fotos en orden inverso a su realización, cosas de este "editor"…
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